El Jurassic Park burgalés cumple 21 años
El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes supera los 250.000 visitantes desde su apertura
La provincia de Burgos es tierra de excavaciones, no solo de restos de homínidos, también de especies mucho más antiguas y gigantescas: los dinosaurios. El 21 de septiembre de 2001, la localidad burgalesa de Salas de los Infantes dio la bienvenida a su Museo de Dinosaurios, que 21 años después, registra más de 250.000 visitas, una cifra “muy significativa”, teniendo en cuenta lo “humilde” que es el Museo, que se asienta en el medio rural.
El centro abrió sus puertas con el objetivo de mostrar a los visitantes la amplia colección de restos de dinosaurios descubiertos por el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, que cada verano realiza excavaciones en los yacimientos. Estas piezas tienen un gran valor científico, dado que muchas de ellas son únicas en el mundo, y la colección del museo destaca por ser una de las más completas del país.
A través de los diferentes paneles informativos, los visitantes pueden conocer algunas de las características más destacadas de estos seres gigantescos. Durante el recorrido, los turistas pueden ver reproducciones del Alosaurio, uno de los grandes cazadores carnívoros de su época, el famoso Tyrannosaurus Rex, una ilustración a tamaño natural del Iguanodonte, un dinosaurio herbívoro que vagó por los márgenes del río que cruzaba la zona hace 120 años, o también restos del esqueleto del hypsilofodóntido, otro herbívoro que destacaba por su agilidad para correr.
Llaman la atención de los visitantes los huevos fósiles de dinosaurios, y también la representación de un nido de dinosaurios saurópodos de unos 20 metros de longitud. Sin embargo, pese a ser los protagonistas de la visita, los dinosaurios no son los únicos que completan esta exposición, porque también se pueden ver restos de otros animales que convivieron en la época y cuyos restos también han sido hallados en las excavaciones. Peces, tortugas, cocodrilos, vegetales fósiles, etc., se suman a estos elementos.
Restos de 120 millones de años
La emoción de tocar restos de 120 millones de años atrae mucho a los visitantes, así como las maquetas explicativas, sin embargo a muchos sorprende lo pequeño que es el museo, ya que se compone de tres salas expositivas. “El problema del espacio es muy importante desde hace años”, señala su director, Fidel Torcida. Empezó ya con las primeras excavaciones, que fueron “muy exitosas” y permitieron la recuperación de mucho material, en algunos casos de dinosaurios de gran tamaño. “El museo, tal y como se hizo, se quedó pequeño”, y con el paso de los años y los nuevos descubrimientos esto no ha cambiado. De hecho, todo lo que se está excavando estos últimos años en el yacimiento de Torrelara ya no se guarda en el Museo, sino en un almacén municipal.
Ahora, el Ayuntamiento ha abordado la construcción de un almacén y un nuevo taller de preparación de los fósiles que creen que “aliviará en gran medida” este problema de espacio, aunque las salas expositivas siguen siendo pequeñas para las grandes dimensiones de los restos de los dinosaurios. Lamenta especialmente el no poder exponer huesos del Europatitan, una especie de dimensiones gigantescas, por el que mucha gente pregunta. “Es un dolor para nosotros no poder exponerlo, pero es que no hay espacio. Son huesos muy grandes y las vitrinas que tenemos no son adecuadas”, explica Torcida.
Sin embargo, siguen estudiando la manera de lograr incluir en la exposición algo de esta especie, y adelantó que en breve incorporarán a la muestra uno de los últimos hallazgos de las excavaciones: la huella de un dinosaurio saurópodo con escamas y evidencias de movimiento del pie. “Es una huella muy bonita como fósil y muy interesante desde el punto de vista científico”, apunta.
Marca de Burgos y Castilla y León
Con 21 años a sus espaldas, Fidel Torcida considera que el Museo de Dinosaurios de Salas es una “institución viva”, ya que atrae visitantes no solo con la exposición, sino también con las muchas actividades que se realizan en torno a los dinosaurios, como los eventos de divulgación científica como las jornadas paleontológicas, el día del Museo, la Semana de la Ciencia, u pruebas deportivas que reúnen a muchos voluntarios.En esta línea destaca el número de visitantes alcanzados hasta el momento, cifra que llama la atención, teniendo en cuenta que el museo se ubica en una zona rural, que alcanza los 15.000 visitantes al año, con una media de más de mil personas al mes. En su mayoría, procedentes de Burgos y provincia, Castilla y León, aunque también de Madrid, País Vasco y Cataluña. “Es un polo de atracción interesante”, celebra.
Pese a ello, lamenta no tener más apoyo la Administración autonómica, que considera que sería “fundamental” para lograr un proyecto “más ambicioso”. “Estamos haciendo cosas muy interesantes en investigación, divulgación, etc., pero esto tiene un potencial muy grande que podría favorecer no solo el desarrollo de investigación, sino también ser una marca de calidad de Burgos y Castilla y León”, afirma. De hecho, podría reforzar a Burgos con una “oferta inigualable” al ofrecer un centro de la Evolución Humana y un centro de Dinosaurios. “No creo que eso lo tenga ninguna otra provincia en España”, concluye.
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