La primera de las dos salas está dedicada exclusivamente a la presencia humana en la zona. Hay piezas de todas las épocas prehistóricas e históricas que nos permiten conocer los diferentes grupos humanos y culturas que dejaron su impronta en estas tierras.
Artísticas ilustraciones muestran retazos de la pequeña historia de las gentes que desarrollaron aquí su, casi siempre, dura vida.
Segadoras neolíticas, un fundidor de la edad del bronce en su horno primigenio o una calle de una ciudad romana, son algunas de las pinturas elegidas para complementar los diferentes materiales de cada cultura.
Reconstrucciones de enorme calidad, realizadas con el necesario rigor científico, nos enseñan cómo era un dolmen megalítico, el interior de una casa celtíbera con un telar y un altar romano donde se exponen estelas originales de esa época.
También hay una réplica en piedra caliza (obra del escultor local Ricardo Santamaría) del arco visigótico de la ermita de Quintanilla de las Viñas, una de las obras cumbres de este tipo de arte en España.