AYER TUVO LUGAR en nuestra provincia un hecho muy relevante, que tiene que ver con el rico y variado patrimonio cultural e histórico que tenemos en Burgos. En esta ocasión se trata de lo paleontológico, apartado científico en el que también destacamos sobremanera.

Y como no sólo de la antropología ‘vivmos’, la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha visto que era necesario acometer una serie de intervenciones en tres yacimientos de huellas de dinosaurio (icnitas) ubicados en Mambrillas de Lara, Salas de los Infantes y Regumiel de la Sierra.

Todo ello para resaltar y poner en valor la grandeza de tesoros escondidos, que, además de contribuir al enriquecimiento cultural de los ciudadanos, cuestión humanamente vital, puede aupar y reactivar algo a las zonas en las que se encuentran dichos emplazamientos, y, por ende, a sus entornos. Y les animo a que acudan a contemplar el resultado del proyecto realizado, que asombra ‘per se’, sobre todo en Mambrillas y Regumiel, y por encontrarse al aire libre, y en consonancia con el paisaje.

En Salas se ha realizado una maqueta del afloramiento de Costalomo, y una réplica, a tamaño natural, de una de las icnitas más significativas del yacimiento. Ambos elementos se encuentran en el Museo de Dinosaurios y se podrían trasladar a otros espacios científicos si se requiriera.

El director del Museo, Fidel Torcida, estuvo explicando, a las autoridades presentes en la puesta de largo del programa ejecutado, el proceso de formación de las huellas de Costalomo que son casi únicas en el mundo porque están en alto relieve.

Y pronunció el término ‘La joya olvidada’, al referirse a ese paraje dotado de un conjunto de icnitas que ha sido candidato a Patrimonio de la Humanidad.

Está claro que Costalomo, con una pisada tridáctila, de 75 centímetros de longitud, correspondiente a un gran carnívoro bautizado como Atila, entre otras joyas, merece algo más que tener un manto de tierra cubriendo tales singularidades.

Por eso, duele que tanto esfuerzo, realizado, con altruismo, por mucha gente y el Ayuntamiento, no se vea correspondido por una decidida actuación de la Junta de Castilla y León, que no estuvo representada en la jornada de ayer, para elevar a la región y al medio rural al podium que merece, paleontológicamente hablando.

Alguien, de los presentes al acto inaugural, dijo por lo bajo que si se trasladase el material a Atapuerca 26 a lo mejor cambiaba el signo de su suerte. Quizás, desgraciadamente, no le falte razón.