Expertos ratifican la importancia científica del Rebaquisaúrido salense. 3 de marzo 2009
Diario de Burgos
Los paleontólogos José Ignacio Canudo (i) y Leonardo Salgado (c) junto al director del Museo salense, Fidel Torcida.
© Museo de Dinosaurios
El paleontólogo argentino Salgado, especialista en esta especie de dinosaurios, abundantes en América del Sur, expresó su sorpresa al conocer la existencia de un ejemplar en Europa
M.M. / Salas de los Infantes
Los prestigiosos paleontólogos José Ignacio Canudo, de la Universidad de Zaragoza, y Leonardo Salgado, de la Universidad Nacional de Comahué (Argentina), participaron con los investigadores del Museo de los Dinosaurios de Salas y del Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense (CAS) en una jornada de trabajo en torno al Rebaquisáurido localizado hace siete años en el yacimiento Tenadas de los Vallejos II.
El Rebaquisáurido, pariente cercano del Diplodocus, es un dinosaurio herbívoro de cola y cuello largos, de unos 12 metros de longitud y 10 toneladas de peso, fue localizado en la campaña 2002 en terrenos de La Revilla-Ahedo de la Sierra y Barbadillo, en un proyecto financiado por la Junta.
Salgado, especialista en dinosaurios rebaquisáuridos, abundantes en América del Sur y presentes también en África, manifestó su asombro al conocer la existencia de un dinosaurio de este tipo en Europa, un lugar donde nunca antes se había documentado, subrayando «la buena conservación de los fósiles y el sobresaliente trabajo llevado a cabo en su preparación para el estudio y exposición, realizado en el museo gracias a herramientas donadas por la Fundación Dinosaurios de Castilla y León».
Salgado coincide con Canudo y los investigadores salenses en considerar a este ejemplar como el representante de una especie de dinosaurio desconocida hasta ahora, lo que le proporciona un alto valor científico. Además, Canudo resaltó «la importancia del rebaquisáurido burgalés para desentrañar las semejanzas entre las faunas de dinosaurios de Europa y África durante el Cretácico Inferior, hace 130 millones de años».
Fidel Torcida, director del museo, se refirió al hallazgo como «el resultado de un largo trabajo que ha dado sus frutos» y recordó que en las excavaciones de 2002 a 2004 contaron con estudiantes de las universidades de País Vasco, Salamanca, León y Zaragoza. Al cabo de esos tres años, y después de un trabajo muy exigente, se lograron extraer más de 600 piezas. Entre esas piezas, Torcida señala que se hallaron partes del cráneo, incluidos dientes, maxilar y mandíbula; vértebras del cuello, dorso y cola; costillas; isquiones (huesos de la cadera) y un fémur. «El conjunto permite tener una visión completa de este dinosaurio, que se convertirá en una especie nueva cuando se publique en una revista científica», afirmó Torcida.
Salgado invitó a los investigadores salenses a desplazarse a Argentina para estudiar las especies de rebaquisáuridos conservados en varios museos del país americano. De hecho el dinosaurio burgalés puede ser clave para entender el origen y evolución de los rebaquisáuridos, así como su expansión por varios continentes.
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