Un terópodo y restos de saurópodos y estegosáuridos, entre fósiles hallados en la Sierra de la Demanda, en Burgos

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© Conjunto de varios huesos de dinosaurios en el yacimiento Valdepalazuelos- Tenadas del Carrascal de

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© Trabajos de excavación. / Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas valora aplazar las excavaciones en el yacimiento de dinosaurios Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal para la preparación en laboratorio

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes (C.A.S.) va a estudiar la posibilidad de aplazar las excavaciones en el yacimiento de dinosaurios Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal, ubicado cerca de Torrelara (Burgos), tras una campaña estival “sobresaliente”, que ha permitido superar el millar de fósiles recuperados en seis años, además de localizar huesos de un dinosaurio terópodo de tamaño medio, el gran hallazgo de 2023.

La posibilidad no supondría el cese definitivo de las excavaciones sino un aplazamiento, “que podría ser de hasta diez años”, para abordar una de las tareas pendientes, y muy importante, que es la preparación en laboratorio de los fósiles extraídos, ha explicado el C.A.S. en una nota de prensa.

En la campaña de excavaciones de este verano, realizada del 7 al 28 de julio, los investigadores han conseguir superar los 1.000 registros de restos fósiles documentados, entre fósiles completos e incompletos y muestras de sedimentos para su procesado mediante tamización para los restos de tamaño microscópico.

De ese millar de fósiles recuperados menos de un 1 por ciento se han preparado en laboratorio, tarea “ineludible” para su consolidación de cara a la conservación y manipulación segura, además de para realizar un estudio en profundidad que permita extraer nuevas conclusiones y publicar resultados.

Por ese motivo, el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, coordinador del proyecto paleontológico, maneja la posibilidad de suspender las excavaciones para centrarse en la preparación y estudio de los fósiles, si bien ha indicado que el yacimiento burgalés “no se ha agotado y sería interesante seguir trabajando en él en el futuro”.“El potencial científico de los hallazgos de Torrelara es sobresaliente y se considera muy valioso para comprender los cambios evolutivos que vivieron las faunas de dinosaurios en el planeta durante el tránsito del Jurásico al Cretácico, en torno a 145 millones de años atrás”, han recordado, además de insistir en que “sigue guardando restos fósiles”.

Hallazgo de un saurópodo

Como muestra de ese potencial, este año han descubierto un dinosaurio terópodo (carnívoro, bípedo) de tamaño medio, de aproximadamente de 4 a 6 metros de longitud, del que han recuperado 10 vértebras, la mayoría de ellas completas y en un estado magnífico de conservación, además de huesos craneales, cintura escapular (“hombro”) y extremidades.

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© Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas

Es el primer esqueleto de un dinosaurio carnívoro del yacimiento, cuyo hallazgo amplía la alta diversidad de la fauna de dinosaurios en el ecosistema jurásico de Torrelara, y su estudio va a permitir conocer mejor la fauna de dinosaurios terópodos de la península ibérica. Este nuevo ejemplar refuerza la importancia de este yacimiento en el conocimiento de las faunas de dinosaurios (diversidad, ecosistemas que ocupaban, cambios evolutivos, etc.) existentes en Europa, y su relación con otras de América del Norte.

Igualmente, en la campaña del verano han recuperado huesos fósiles de los dinosaurios saurópodos (herbívoros, cuadrúpedos, de cuello y cola largos y gran tamaño), como los hallados en años anteriores y que se han identificado hasta el momento como braquiosáuridos y camarasáuridos.Y también huesos de estegosáuridos (cuadrúpedos, herbívoros, “acorazados”), un grupo poco representado en el yacimiento, por lo que cualquier nuevo hallazgo es importante para conocer su importancia y posibles interacciones en las cadenas alimentarias de Torrelara, han explicado los investigadores.

Por último, los registros fósiles de esta campaña se componen además de dientes de terópodos, que se añaden a las decenas recogidos anteriormente y que han permitido identificar hasta cinco tipos diferentes; y restos de cocodrilos, peces, tortugas y moluscos bivalvos.

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