En esta sala nos adentramos en el fascinante mundo de los dinosaurios.

Probablemente el visitante se sorprenda ante la gran cantidad y variedad de los restos fósiles expuestos de estos reyes del pasado.

Muchas de las piezas son de enorme valor científico y algunas de ellas únicas en el mundo.

La colección de fósiles de dinosaurios del Museo de Salas de los Infantes es una de las más completas de España.

Diferentes paneles informativos de sencilla comprensión ayudan a introducirse en la historia geológica de la zona así como a conocer los diferentes fósiles que atesoran los yacimientos de la comarca.

Una ilustración a tamaño natural ocupa la pared frontal de la sala. Representa a un Iguanodonte, pacífico herbívoro que vagó, agrupado en manadas, por las márgenes del inmenso río que cruzaba esta zona hace 120 millones de años. Diversos huesos de este dinosaurio, de más de 8 metros de longitud y 4 de alzada, están expuestos. Algunos de ellos en una atractiva maqueta que presenta una hipotética excavación de un yacimiento de fósiles de este animal.

De otros herbívoros, los hypsilofodóntidos, se conservan gran cantidad de restos de todo su esqueleto. En estos dinosaurios destaca la esbeltez de su cuerpo y extremidades, lo que pone de manifiesto su condición de corredores ágiles.

También se muestran espinas defensivas de un dinosaurio acorazado llamado Polacanthus. Tres son las espinas expuestas de este animal que son de gran relevancia ante la escasez en el registro fósil europeo de este dinosaurio.

No faltan enormes huesos de dinosaurios saurópodos; vértebras, restos de sus enormes extremidades columnares y dientes, son buenos ejemplos de estos gigantes de todos conocidos, como el Diplodocus o el Brachiosuario.
Colmillos, afilados como dagas y finalmente serrados, son atribuidos a dinosaruios carnívoros como el Megalosaurio, el Baryonyx o alosauroideos carcharodontosáuridos.

De entre todas las piezas que conforman la exposición, quizás las que más asombren al visitante sean los huevos fósiles de dinosaurios. Es un increíble milagro de la fosilización que algo tan frágil pueda haber llegado hasta nosotros millones de años después de que una madre dinosaurio los depositara.

Se expone parte de un nido, así como un huevo completo quizás de la misma puesta. Han sido atribuidos a titanosaúridos, dinosaurios saurópodos de unos 20 metros de longitud, que nidificaban en grandes colonias a orillas de lagos y pantanos.

Junto a los huevos se encuentra una maqueta que recrea con extraordinario realismo el momento preciso en que los bebes titanosaúricos vieron la luz hace ya 65 millones de años

Los dinosaurios no estuvieron solos durante su largo reinado, diferentes animales vivieron bajo su supremacía. En el museo se exponen restos de cocodrilos, tortugas y peces que completan el repaso a la fauna mesozoica en la comarca de Salas.

También hay excelentes ejemplos de vegetales fósiles coetáneos a los dinosaurios. Troncos de helechos arborescentes, cícadas y fragmentos de coníferas muestran la exuberante cobertura vegetal de tipo subtropical que acompañó a los dinosaurios.

Los dinosaurios cuyos restos se exponen en el museo están representados por una gran maqueta que ocupa el centro de la sala.
En ella se ha realizado una recreación del paisaje existente en Salas de los Infantes y su comarca durante el cretácico inferior, uniendo a los dinosaurios con sus animales y vegetales coetáneos dando vida a las orillas de un gran río.