Conservación y proyección, principales retos de las excavaciones en Salas de los Infantes. 24 julio 2011

La Opinión de Zamora

Conservación y proyección, principales retos de las excavaciones en Salas de los Infantes

Se techarán los yacimientos de huellas de dinosaurio y se pondrán paneles explicativos para que los visitantes puedan saber dónde están y qué están viendo

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Icnitas- Huellas de dinosaurios en Salas de los Infantes (Burgos)
Icnitas- Huellas de dinosaurios en Salas de los Infantes (Burgos) Ricardo Ordóñez / ICAL

L. SIERRA/ ICAL El yacimiento de icnitas (huellas de dinosaurio) mejor conservado de la provincia de Burgos, ubicado entre las localidades burgalesas de Quintanilla de las Viñas y Salas de los Infantes, se protegerá de las inclemencias meteorológicas mediante un techado que permitirá aumentar la conservación de los restos.

Pero no todo será conservación. Los directores de la campaña trabajan en un modelo de paneles explicativos, anexos al yacimiento de Las Sereas 7, que de respuesta a la demanda de los cientos de turistas que pasan durante el verano por el yacimiento y ven frustrados sus deseos de saber cuándo, dónde y por qué se formaron aquellas gigantes huellas.

El director de la campaña de excavaciones y uno de los responsables de la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León, Fidel Torcida, adelantó a la agencia Ical que "uno de los retos de cara a los próximos meses pasar por poner en marcha un dispositivo de conservación en el yacimiento de Las Sereas 7".

En este sentido, Torcida explicó que lo que se pretende es sellar las grietas que se localizan junto a las huellas de los dinosaurios y poner en marcha un sistema de techado que canalice el agua, proteja el yacimiento del sol y permita que estas huellas puedan conservarse en el mejor estado posible. "El sellamiento garantiza la conservación durante décadas", puntualizó.

Junto a las labores de conservación, uno de los próximos trabajos se centrará en la construcción de un sistema de paneles anexo a los yacimientos para que el visitante pueda saber dónde está, en qué punto vivieron los dinosaurios y qué importancia tienen los yacimientos.

"La gente que se acerca hasta el yacimiento ve frustradas sus expectativas de conocimiento porque no hay nada que oriente al visitante ni que le explique lo que está viendo", declaró Torcida. Ello ha motivado la idea de poner en marcha unos paneles que den respuesta a las preguntas de los visitantes, y para la que los responsables esperan contar con "la ayuda de las administraciones".

Inmersos en la campaña de excavaciones de los yacimientos cercanos a la localidad de Salas de los Infantes (Burgos), que concluye a finales del mes de julio, los especialistas que trabajan en yacimientos como Costolomo y Las Sereas 6 y 7 confían en encontrar nuevos restos que confirmen la presencia de dinosaurios hace millones de años en la provincia burgalesa.

El rastro del saurópodo

Una de los retos de la presente campaña, en la que se trabaja con ahínco en Las Sereas 7 "pasa por encontrar un rastro continuo de una huella de saurópodo muy bien conservada que fue hallada en este mismo lugar". De encontrarse ese rastro continuado se podría saber cómo fue la vida del animal y sus hábitos, peso y complexión. Una tarea que permite a los científicos explorar las posibilidades de unos pobladores que poblaron este enclave burgalés hace 144 millones de años, en el paso del Jurásico al Cretácico.

Los yacimientos de Costalomo y Las Sereas 6 y 7, ubicadas en el municipio burgalés de Quintanilla de las Viñas, conforman un espacio inmenso en el que se registran miles de huellas de dinosaurio. Aparentemente apreciables, las icnitas o huellas de dinosaurio de la provincia de Burgos demuestran la presencia de unos animales que camparon en una laguna que había en la zona, y hasta la que se desplazaban para beber agua y alimentarse.

La particularidad de los restos de las inmediaciones de Salas de los Infantes estriba en el hecho de que los dinosaurios dejaron no sólo la huella de sus extremidades, sino la de sus propios dedos, perfectamente visibles en el caso de los saurópodos, herbívoros de cuatro patas que tenían una longitud de 20 metros y podían llegar a pesar una tonelada.