Hallada en Burgos una de las mayores huellas de dinosaurio de la Península Ibérica.28 abril 2010

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Hallada en Burgos una de las mayores huellas de dinosaurio de la Península Ibérica

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  • Tiene unas dimensiones de 65 centímetros de largo y 65 centímetros de ancho
  • Se cree que su 'dueño' podría haber medido hasta 12 metros

Una intervención conjunta del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León ha permitido la recuperación de una gran huella de dinosaurio que corría peligro de destrucción por factores climatológicos y por expolio.

El hallazgo fue realizado en el curso de los trabajos de prospección de un proyecto de paleobotánica promovido por la Junta y que desarrolla actualmente la empresa salense Dinocyl S.C. y el Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas, C.A.S. En el trabajo de campo de 2009 los investigadores localizaron el fósil al noreste del municipio serrano. Se trata de una réplica natural y es un hallazgo aislado.

Este tipo de réplicas se originan cuando el dinosaurio pisa en un suelo muy blando de barro arcilloso, el hueco formado se rellena posteriormente de una capa de otro tipo de sedimento, en este caso, arenas. Al enterrarse las dos capas por otras más que se depositan encima, los sedimentos sueltos se compactan y cementan, convirtiéndose en rocas: arcilla y arenisca.

Cuando mucho más tarde la erosión deja al descubierto el yacimiento de huellas, la arcilla desaparece por la acción del agua, pues es relativamente blanda y poco cohesionada. Sin embargo la arenisca soporta mucho mejor el desgaste erosivo, por lo que la huella original permanece en un contramolde o réplica natural.

Hay más casos de aparición de este tipo de fósiles en la comarca serrana, como se exponen en el Museo de Dinosaurios de la localidad burgalesa. Pero la huella ahora recuperada destaca por su tamaño de 65 centímetros de largo por otros 65 centímetros de ancho.

Sus características son: dedos cortos y gruesos, redondeados; un área plantar muy amplia; talón o zona posterior ancha y redondeada. Esta morfología permite identificarla como la huella de un dinosaurio iguanodóntido, un herbívoro muy frecuente en Europa durante el Cretácico inicial, hace 135 millones de años.

Los iguanodóntidos tienen como característica más llamativa su dedo pulgar convertido en un grueso espolón.

Las dimensiones de la huella permiten a su vez deducir la envergadura del autor de la pisada: sus patas tendrían más de 3,20 metros de altura hasta la cadera, y su longitud total, desde la cabeza al extremo de la cola podría haber superado los 12 metros.

Junto al dinosaurio hallado en el yacimiento de La Tejera en 2007, al norte de Barbadillo del Mercado, y a otros restos procedentes de Cabezón de la Sierra, la huella representa a uno de los iguanodóntidos más grandes de los que se tiene registro en la comarca serrana y, por extensión, es una de las mayores huellas de este tipo de dinosaurios encontrada en la Península Ibérica.

El paso siguiente ha sido la donación del fósil al Museo de Dinosaurios, donde se estudiará y donde quedará expuesta al público en un plazo breve de tiempo.